Los directivos de
recursos humanos de las principales empresas han avanzado en los últimos años
desde la visión más tradicional de la organización hacia un enfoque más
holístico, en el que la empresa es un organismo vivo, los trabajadores son la
pieza fundamental y los equipos de trabajo cohesionados ayudan a mejorar los
procesos dentro de la organización.
La misma empresa
viva promueve la creatividad, la creación de sinergias mediante el trabajo en
grupo, la flexibilidad ante los cambios, la superación personal mediante la
consecución de logros personales y el sentimiento de pertenencia.
Estos avances
demuestran la necesidad de un liderazgo basado en la adaptación a los cambios y
en la colaboración mediante la aplicación de organigramas lineales, una
comunicación interna eficaz, transparencia hacia el exterior y departamentos
que incluyan un mayor feed-back.
El éxito de la
empresa actual pasa, por tanto, por tener una visión global donde cada
trabajador sea visto como parte fundamental de un todo, en el que encajan las
diferentes piezas de la estructura.
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