Gary Hamel en “El futuro del management”
(2008) argumenta cómo los modelos de gestión del pasado están languideciendo y
ya no funcionan. Efectivamente, quién más y quién menos estamos viendo que en
nuestras empresas (antiguas o actuales) los modelos de gestión basados en el
control, planificación rígida y protección no están funcionando como cabría
esperar y muchos hemos vivido o conocemos a alguien cuya empresa ha realizado
una reestructuración de personal.
Sin embargo, en el lado opuesto, a poco que
leamos prensa o blogs, escuchemos radio o veamos televisión; podemos percibir
un fuerte impulso al emprendimiento de todo tipo (tecnológico, social,
ambiental, femenino, joven, etc.). Si se indaga un poco más, las personas que
se lanzan a emprender, transmiten ilusión, perseverancia, seguridad, etc. Y
además, no sólo eso, sino que muchas nuevas empresas están creciendo y
contratando personal ¿Qué está ocurriendo? ¿Qué ha cambiado?
·
Estamos viviendo en un
contexto de alta incertidumbre
·
La sociedad demanda una dimensión
más humana y con mayor conciencia social de las empresas
·
La información es abundante y se
consigue rápidamente
·
Combinamos el mundo offline y
online
Ante estas y otras realidades (en las que no
entraremos en este post), el estilo de gestión clásico está cambiando, sobre
todo en el caso de nuevas empresas, hacia un modelo de mucho menor control y
planificación. Así, el hecho de que, por ejemplo, abunde la información y ésta
sea rápidamente fácil de conseguir ha puesto de manifiesto que el gran recurso
escaso han sido LAS PERSONAS y sus propios valores intrínsecos ya que son éstas
las que dotan de sentido a la empresa. En coherencia con los intereses y
valores personales, los directivos de están nuevas empresas indagan en su propia
identidad para conseguir su realización personal así como la de sus
colaboradores. Dejan atrás las organizaciones piramidales para dar paso a organizaciones
horizontales formadas por personas que comparten una identidad común, que cultivan
la confianza, comparten ideas y proyectos, viven la democracia real y donde
cada individuo es plenamente responsable de sus decisiones.
Vamos entonces, hacia un modelo de empresa en
el que las personas persiguen su autorealización personal, en el que el valor
monetario ya no es la única motivación sino más bien una voluntad de servicio y
de cambio para mejorar nuestra vida personal y la de los demás.
Me gustaría acabar recordando que no es un
momento de crisis; sino un momento de cambio y a cada uno, de manera individual,
le corresponde decidir si quiere formar parte de él o seguir en los viejos
paradigmas. Recordemos que el pasado no va a volver y el futuro está por
construir. ¿Te apuntas al cambio?