El local de una empresa, despachos para los
responsables de departamento rodeando el perímetro del local y, el resto,
ubicados en cubículos en la parte central. Seguimos las directrices marcadas
por el máximo órgano de representación de la empresa, independientemente de que estemos de acuerdo o no. Y es lo
que se espera de nosotros/as; pero claro, todo con supervisión. ¿Y si
proponemos algo? Se queda olvidado en un cajón o en el aire. ¿Os suena?
Haciendo retrospección, veo que
este tipo de comportamiento viene ya de la escuela, donde nos comparaban a
todos/as por el mismo rasero, el coeficiente intelectual (CI). ¿Lo recordáis?
Sí, aquel que simplemente evaluaba el pensamiento lógico y capacidad de
razonamiento y dejaba fuera del sistema educativo aquellos de pensamiento
lateral.
Las consecuencias las estamos
viendo desde hace unos años en nuestras empresas.
Está claro que el modelo empleado durante el siglo XX ha quedado obsoleto.
Necesitamos nuevos gestores y trabajar de otra manera. Necesitamos dotar a las empresas e instituciones de un nuevo
enfoque. Es hora de incorporar la vertiente neurológica y emocional a la
lógica, haciéndonos personas completas y aceptando las particularidades
individuales de cada persona. Es hora de dejar de hablar de “managers” para hablar de “neuromanagers”.
Es cierto que están surgiendo
emprendedores con mentalidad diferente y otras formas de trabajo, más abiertas,
más colaboradoras, etc. Sin embargo, aún queda trabajo por hacer.
Estos/as
neuromanagers renuncian a su zona de
confort y a cualquier limitación dando paso a la creatividad, la innovación y a
los espacios individuales para el crecimiento personal. Además, buscan aliados
para desarrollar su actividad a partir de lo que son y de sus propias vivencias
profesionales, que no han sido memorizadas sino percibidas por sus sentidos y
procesadas para compartirlo con los colaboradores.
Si tenemos en cuenta que nuestros instintos, emociones,
lógica, aprendizaje y toma de decisiones residen en nuestro cerebro, el neuromanager lo utilizará como aliado
para ver más allá, atraer a las personas adecuadas y construir un proyecto
común de servicio a los demás en función de sus propias creencias.
¿Y vosotros/as qué tipo de gestor sois?
Para terminar el post os dejamos un vídeo TED de Antonio
Damasio (subtítulos en español) quien relacionó los daños en distintas partes
del cerebro y la dificultad para tomar decisiones en ámbitos económicos.
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