NEUROCIENCIA, EMPRESA Y MARKETING por Dra. Lucía Sutil

domingo, 9 de diciembre de 2012

EL JUEGO DE LA CONFIANZA


McCabe y sus colaboradores, se plantearon “el juego de la confianza”, basándose  en el supuesto que “la cooperación entre las personas requiere la habilidad para adivinar uno, lo que el otro está esperando y tomar decisiones que permitan incrementar las ganancias mutuamente. A pesar, de que este juego se realizo en bastantes ocasiones, lo novedoso que planteó McCabe fue que después de cada transación se midieron los niveles de oxitocina en sangre.

                El experimento se realizó de la siguiente manera:
A  los participantes se les dividió en dos grupos, A y B. Ninguno de ellos se conocía, y además, durante el experimento no podían comunicarse ni verse entre sí. Por su participación en el experimento se les entregaban 10$ con lo que empezaba el juego. Posteriormente, cada uno decidía si quería compartir el dinero entregado con su pareja, después de escuchar las reglas del juego, que eran las siguientes:

1.       En la pareja, el sujeto A puede donar al sujeto B una parte de los 10$ recibidos, toda la cantidad o nada.
2.       En caso de donar una cantidad, esta se triplica y se abona en la cuenta del otro sujeto.
3.       Como cada uno de los sujetos (A y B) empieza con 10$, si el sujeto A donara 5 $, el sujeto B recibiría 25 ( 5*3 =15 +10= 25).
4.       El sujeto B puede elegir entre devolver una proporción del total o nada al sujeto A sin que este dinero se triplique.
5.       Después de la elección se toman muestras de sangre para medir los niveles de oxitocina.
Los resultados señalan que el 85% de los sujetos A daban algo de dinero a sus parejas. Entre los sujetos B que recibían dinero, un 98% devolvió parte a los sujetos A correspondientes. Cuando se les preguntaba si su compañero era digno de confianza o no, y por qué.  Ningún participante supo explicar porqué.
En los sujetos B se producía oxitocina cuando recibían dinero y así vivenciaban confianza de personas extrañas. A mayor cantidad de dinero recibida, mayores niveles de oxitocina se liberaban. Como consecuencia, los sujetos B que más oxitocina se encontró en su sangre, más dinero devolvían a los sujetos A.
Se puede concluir que la oxitocina disminuye nuestra ansiedad natural al tratar con extraños y aumenta nuestra confianza en ellos.
Os invito a la siguiente reflexión: ¿podría ser la oxitocina utilizada como ambientador por comerciantes, directivos, etc. para aumentar, artificialmente, la confianza de los inversores, empleados? 

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