“El caos es el orden que aún no comprendemos”.
Gregory Norris
El
cambio está en marcha. En la actualidad, el tejido empresarial se encuentra en un vacío de paradigma. Los
viejos clichés no sirven y el caos y desconcierto reina. ¿Cómo actuar? Ahora
desde los departamentos de las empresas que se encargan de gestionar a las
personas, tienen la responsabilidad de llevar a cabo este cambio en el mundo
empresarial. Es hora de que nos olvidemos de debates absurdos, de palabras
vacías y pasemos a la acción, a liderar las organizaciones para preservar,
cuidar, su valor más importante… sus personas.
Dejemos
de implicarnos exclusivamente en la gestión pragmática, es decir, premiar a
nuestros directivos por “hacer más de los
mismo con mayor eficacia” pensando que la innovación es exclusiva de los
técnicos y estrategas. De esta manera, solo se puede innovar en productos,
servicios. Desde estas líneas invitamos a
impulsar la innovación en la
dirección y gestión.
Los
departamentos de personas o recursos humanos estamos frente a retos tremendamente importantes ahora mismo y
será nuestra la responsabilidad de llevarlos a cabo, liderando y facilitando el
cambio, conduciendo a las personas y a las compañías hacia el fluir e
incorporando este cambio a su realidad. También es nuestra responsabilidad
conducir a las personas que forman parte de las compañías hacia la adquisición
de aquellas competencias y valores que son necesarios en este nuevo escenario.
Una
de las creencias que teníamos los departamentos de formación y desarrollo dentro
del paradigma antiguo, es que había que dotar de conocimiento externo a las
personas (formación en liderazgo, comunicación), conocimientos prestados,
porque las personas no los incorporaban a su día a día, más allá del tiempo de
motivación que era variable en función de la persona y del momento. Por este
motivo, la formación en las empresas cada vez es más pequeña, hemos estado
invirtiendo tiempo y dinero en calcular el ROI (retorno de la inversión) de
este tipo de formación, aún sabiendo que ese conocimiento no era incorporado al
día a día de la persona en el trabajo.
Nuestros
queridos departamentos hoy por hoy son necesarios debido a la disociación,
entre vida personal y vida laboral, que ha existido bajo el paradigma de la
sociedad industrial, donde había que sacar rendimiento, en un principio a base
de una metodologías taylorista, y posteriormente bajo una forma pseudo
emocional, donde la responsabilidad social corporativa, el salario emocional, y
otras estrategias parecidas de motivación y salariales, han servido para
mantener durante un poco más la zanahoria delante de nuestros colaboradores, un
falso maquillaje para que la “vida laboral” fuera lo más parecida a la “vida
personal”, donde sí que existía, o se suponía que existía, aquellos valores y
motivaciones que hacían sacar comportamientos extras a las personas.
Otra
de nuestras responsabilidades será la de convencer, hacer ver o hacer tomar
conciencia a los líderes de las organizaciones que este es el nuevo camino que
recorrer y afrontar, antes de que el cambio sea parte también del ADN de
nuestra compañía y de las personas que la forman. Las compañías estarán
formadas por equipos de trabajo, donde los departamentos y, por supuesto, los
comités dejen de existir para dar paso a pequeños equipos de responsabilidades
y objetivos comunes, capaces de provocar cambios y adaptarse a aquéllos que surjan o sean
necesarios y provocados desde otro lugar. Equipos autogestionados donde la
fuente de riqueza sea el saber incorporado a cada una de esas personas que
forman parte del equipo de trabajo, donde por supuesto la función de recursos
humanos está en su ADN, al igual que otras muchas como financiero, calidad,
marketing, etc.
Hasta
lograr trasladar las creencias, las experiencias, los valores y las personas a
este nuevo paradigma deberemos gestionar la comprensión y la aceptación de
estas nuevas normas de juego. Será función de nuestros profesionales liderar
este cambio así como eliminar la ceguera situacional provocada por la
incapacidad de gestionar la aceleración del cambio.
Tenemos
en nuestras manos poner fin a esta dualidad; integrar al trabajador en la
persona; ser generadores de esta nueva revolución donde pondremos fin a las
prácticas, estrategias y creencias que limitan nuestro potencial; y, generar la
toma de conciencia de las personas y su propia responsabilidad para evolucionar
hacia la sabiduría, tanto de las personas como de las empresas.
Hola,
ResponderEliminarSoy Luis T Renna,
haciendo Psiquiatría clínica me di cuenta de la frase inicial, de Norris, y suelo decir aunque muchos empresarios no entienden....organiza el caos para llegar al objetivo y no te desvíes en los distractores emocionales interpersonales, no quedarse en tratar de saber por que el caos....se pierde mucho tiempo